martes, marzo 25, 2008

universitat

Bombas
ARTURO San Agustín
Hay que ir a ver la exposición Cuando el refugio era el subsuelo, que puede visitarse en el vestíbulo de la estación de metro de Universitat. Aunque solo sea para enterarnos de que también Barcelona fue una ciudad bombardeada. Cada tres horas, una nueva ración de bombas.Bombardeada por los aviones de Mussolini, que, en los noticiarios italianos, eran descritos como águilas de acero. Y, ya puestos, quizá convendría recuperar un reportaje de la BBC donde se demuestra que Fidel Castro aprendió, copió sus poses discurseras o mitineras del dictador italiano. Nada es casual.Hasta hace poco, de la Barcelona bombardeada apenas se hablaba. Todos sabíamos que Gernika fue bombardeada y por eso, en su día, las novias del comunismo tenían en una de las paredes de sus pisos una reproducción de ese cuadro de Picasso. El Guernica o sus infinitas reproducciones es el cuadro que ha visto más orgasmos marxistas fingidos. Pero de los bombardeos sobre Barcelona solo hablaban algunos historiadores. Y mi querido José Agustín Goytisolo, a quien le mataron la madre, Julia, cerca del cine Coliseum, y, desde aquel día, ya nada fue lo mismo para el poeta.También se hablaba mucho de los bombardeos sobre Barcelona en la Barceloneta. En la Barceloneta nunca han olvidado ni los bombardeos, ni los refugios subterráneos ni aquellos mensajes propagandísticos que siempre acababan así: "La Generalitat vetlla per vosaltres". Y se ve que aquello les servía. Me refiero a los mensajes propagandísticos, claro, porque nadie pone en duda las vidas que salvaron los refugios subterráneos y las estaciones de metro. "La Generalitat vetlla per vosaltres". Entonces los catalanes aún creían en la Generalitat.De todas aquellas bombas sobre Barcelona, de todos aquellos muertos barceloneses se ha hablado poco hasta ahora. Y del ingeniero Ramon Parera aún se ha hablado menos. Y, sin embargo, fue él quien hizo posibles algunos de los refugios subterráneos. Algunos, porque la mayoría se realizaron gracias al empuje ciudadano, eso que ahora llaman el tejido asociativo
para El periódico de Catalunya.

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