jueves, febrero 26, 2009

JI JI JI los mejores momentos de la tv argenta

CHARLY GARCIA Y SU CLAVADO DESDE EL NOVENO PISO
Me tiré por vos
La imagen no pertenecía a ningún programa en particular sino que fue captada por una cámara digital privada, aunque luego engalanó cuanto noticiero hubo en el aire el 3 de marzo de 2000. Fue el clavado más famoso del rock argentino, y hasta fue documentado en las canciones Me tiré por vos y Noveno B para el retorno de Sui Generis: Charly García estaba en una habitación del noveno piso de un hotel mendocino y, tras una discusión, saltó desde el balcón, cayó veinte metros y acuatizó en la piscina del edificio. Las cámaras fueron a buscarlo hasta la escalerita de la pileta, donde Charly, con malla y acomodándose el pelo, dijo que la experiencia le gustó, desafió a los movileros (“Yo no digo que voy a saltar; yo voy y salto”), y aseguró que ya había saltado en el pasado. Aun sin saber cuántas veces Charly se había arrojado desde un balcón, la presencia de una cámara convirtió esa temeraria maniobra en un hecho televisivo y único: un rocker desaforado que cae al vacío verticalmente, parado, con las piernas abiertas, casi calculando. La secuencia incluye el horror del final abierto, ya que en la grabación original no se ve dónde cae García, porque una arboleda oculta la pileta. “¿Dónde cayó?”, debe haberse preguntado, no sin morbo, el anónimo camarógrafo.
ANDRES CALAMARO Y FITO PAEZ LE CANTAN A MARADONA EN EL PREDIO DE LA AFA
Brindo por seguir
La escena de mayo de 1994 fue futbolera, aunque no hubiera ninguna pelota en cámara. Y revelaba la euforia que se vivía en el país en las semanas previas al Mundial de Estados Unidos, aquel en el que a Diego Maradona le saltó el doping positivo y corta-piernas. Bajo una noche cerrada a cielo abierto, en la oscuridad del predio de la AFA en Ezeiza, Andrés Calamaro y Fito Páez visitaron a Diego en la concentración de la Selección, seguramente con el permiso del entonces DT, Coco Basile. Y le cantaron una serenata, con la guitarra acústica y la voz principal en manos del Salmón y los coros a cargo del rosarino. La canción elegida fue Salud (dinero & amor), de Los Rodríguez, y Maradona –que tenía puesta la ropa de entrenamiento de la Selección, con el muy vintage logo viejo de Adidas en el pecho– la escuchó atentamente, parado entre ambos músicos, sosteniendo en sus manos el micrófono cual movilero, y con una sonrisa enorme. Con el rasgueo final, Diego aplaudió y gritó: “¡Son unos maestros!”. La espina que quedó es que, a pesar de los convites gestuales que Calamaro y Páez le hicieron durante toda la interpretación, Diego no se prendió a cantar ninguna estrofa. ¿Acaso no sabía la letra? ¿Ni siquiera el deportivísimo y anti-resultadista verso de “brindo por la victoria, por el empate y por el fracaso”?
PAPPO DESTROZA A DJ DERO EN “SABADO BUS”
Buscate un trabajo honesto
En pleno horario central televisivo, uno de los debates intestinos de la cultura rock mostró sus dientes y sus prejuicios cuando Pappo y DJ Deró (hoy, Ezequiel Deró) coincidieron como invitados en el programa Sábado Bus, allá por agosto de 2000. “El guitarrista contra el DJ”, “El conservador contra el moderno”, “El músico contra el ladri”, “El veterano contra el joven crédito”; las maneras de entender esa pulseada son muchas. Más allá de la sorna con la que medió el conductor Nicolás Repetto, el visible encono de Pappo y la angustiada argumentación de Deró probaron cuán en serio iba el cruce de púas (una de guitarra, otra de bandeja). El detonante fue que, mientras era interrogado por Repetto sobre su paso por el Love Parade de Berlín, el DJ utilizó la palabra “tocar”. El Carpo tomó un traguito de vino y apeló a su ronca metralla verbal: “Buscate un trabajo honesto, pibe”. Risas y tímidas intervenciones de otros invitados, como el actor Juan Acosta o la conductora Karina Mazzoco. Deró, incómodo y con tono didáctico, explicó: “El disco es un instrumento, yo toco discos”. Y Pappo, sin mirarlo, corrigió: “El disco no es un instrumento, está grabado por otro; ahora resulta que estuve toda la vida estudiando un instrumento para que después venga uno, enchufe y diga que toca”, argumentó el líder de Riff, mientras hacía girar un dedo frente a la boca, en inequívoca acusación de chamuyo hacia el pinchadiscos. Una batalla que el rock le ganó a la electrónica.
HOY ALMUERZAN CON LA SEÑORA MIRTHA LEGRAND... ¡LOS AUTENTICOS DECADENTES!
Divina decadencia
En 25 años de mediatiquísima carrera, Los Auténticos Decadentes construyeron un recorrido televisivo muy rico (muchas de esas escalas forman parte del extra Trucholandia, incluido en el reciente DVD Somos). Una de las apariciones más recordadas de la banda de rock que más hizo por los trencitos fiesteros en la historia ocurrió en 2001, cuando festejó sus 15 años de carrera y, por única vez, fue invitada a Almorzando con Mirtha Legrand. La conformación de la mesa generó dudas vinculadas con la superstición: 12 Decadentes más Mirtha sumaban 13 comensales y nadie quería eso, por lo que se especuló con convocar al Suizo Sayans, por entonces invitado estable del grupo, o “el decimotercer Decadente”. Sin embargo, finalmente se decidió hacer el programa en dos tandas, y que los músicos almorzaran en dos turnos, de a seis. “Lo que hacíamos los seis que estábamos fuera de cámara era inventar supuestas preguntas comprometedoras de los televidentes, para molestar a los que sí estaban al aire”, recuerda Nito Montecchia, guitarrista de la banda, y ejemplifica: “Por ejemplo, hicimos que Mirtha le preguntara al aire al saxofonista Pablo Rodríguez si era verdad que siempre se transaba a sus alumnas de saxo”. Vestidos de smoking blanco, los doce Decadentes charlaron con la longeva conductora sobre Alberto Castillo y hasta tocaron el vivo, mientras hacían la digestión. “Mirtha la tiene re clara, y nos gustó ir a su programa. Nosotros tuvimos una época en la que éramos muy televisivos; pero ahora no vamos más a la tele, ya nos rompió los huevos”, asegura Nito, y dispara una desafiante confesión: “Odio a los productores de televisión, son lo menos”.
LOS REDONDOS HABLAN POR TELE TRAS LA PROHIBICION DE UN SHOW
Divina TV Führer
El Indio Solari estaba sentado en el medio, con anteojos negros. Lo rodeaban Skay Beilinson, también con lentes oscuros, y Semilla Bucciarelli, sin gafas, total a él nadie lo miraba. Era agosto de 1997 y faltaban cuatro años exactos para que Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se separaran. En una excepción notable (y en términos ricoteros, histórica) a su rechazo a la exposición televisiva, la banda de rock and roll más popular del rock argentino organizó una conferencia de prensa, debido a que acababa de ser prohibido un concierto que iban a dar en la ciudad bonaerense de Olavarría. El estigma de los incidentes en los shows de los Redondos estaba en boca hasta de Catalina Dlugi. El que hablaba, claro, era el Indio. Y hablaba claro: “La histeria ha descripto esto como si fueran a venir 15 mil chicos, todos en actitud de destrozar. Pero no son vándalos, son chicos de familia, algunos tienen 12 años, nada de malevolencia. Ni siquiera se parecen a esos rostros que podrían temerse, de gente mayor, de sindicalistas”. El Indio monologó con riqueza retórica, amplitud de análisis, léxico nutrido y mucha paciencia, casi como Marcelo Bielsa más tarde en sus conferencias de prensa como DT de la Selección. “Yo no bajo línea. Hacemos canciones y los chicos vienen a escucharlas porque los conmueve. Vivir cuesta vida, no se puede vivir en una sanguchera de vidrio. La vida no es rica si no está expuesta a ninguna experiencia”, enuncia. Ningún rocker recuerda con afecto al responsable político de aquella prohibición, el entonces intendente de Olavarría, un tal Helios Eseverri, ya fallecido. Pero llega la paradoja del archivero: sin aquel episodio, las imágenes disponibles del Indio Solari hablando largo y tendido por televisión serían casi nulas.
DIVIDIDOS RESALTA SU PLAYBACK EN “HACELO POR MI”
Otroletravaladna
Parecía que el rock ganaba espacios en la televisión abierta cuando el programa Hacelo por mí, que en 1992 conducía un pelilargo Mario Pergolini por Canal 9, convocaba a bandas de rock para tocar los domingos a la noche, en franca competencia con Ritmo de la noche y su plan melódico–festivo con el que, desde Telefé, Marcelo Tinelli lideraba las mediciones de rating. Pero nada es lo que parece, y Hacelo por mí no resultó precisamente el legendario Top of the Pops de la BBC: las bandas no tocaban en vivo sino que debían hacer playback. Divididos fue invitado al programa, y como el entonces baterista de la banda, Federico Gil Solá, se demoraba en sumarse a la entrevista previa al show, Pergolini le advirtió a Ricardo Mollo: “Van a tocar sin batero”. A lo que el guitarrista respondió: “Sí, igual es lo mismo”. Es que acaso sorprendidos –o bien fingiendo estarlo– por la imposibilidad de tocar en vivo, Mollo, Diego Arnedo y Gil Solá hicieron un playback punk, jocoso y boicoteador de la canción Sábado. Que empezó con timidez, con Mollo rasgueando a destiempo y simulando errores; y terminó en cualquiera, con Arnedo saliendo de cámara, los músicos charlando con los brazos caídos, o con Gil Solá dejando la batería en medio de la canción, y regalándole los palitos a los fans que había en la tribuna.
SPINETTA Y GARCIA TOCAN JUNTOS MIENTRAS LA CASA DE CHARLY SE INCENDIA
Y quemé las cortinas
En 1985, Charly García y Luis Alberto Spinetta masticaban un probable disco en conjunto, una verdadera cumbre del rock argentino entre sus dos máximas estrellas (al menos hasta entonces). El proyecto había generado muchas especulaciones, fuerte expectativa y una serie de composiciones entre las que estaban Una sola cosa, Total interferencia, Pobre amor, llámenlo y Rezo por vos, la más importante y la que quedaría como símbolo de esa abortada gestación rockera. En ese contexto ambos fueron invitados a tocar en vivo al programa Cable a tierra, que conducía Pepe Eliaschev por el canal estatal, que por entonces se llamaba ATC. Acompañados por una batería programada, García –con tres teclados y un micrófono– y Spinetta –con una guitarra y otro micrófono– interpretaron juntos Rezo por vos, pero un fuerte componente de mufez aguó la fiesta: al mismo tiempo en que ambos colosos tocaban ante las cámaras, la videocasetera de la casa de Charly, que había quedado programada para grabar justamente esa actuación, sufrió un cortocircuito y se prendió fuego. O sea, mientras que García y Spinetta cantaban el verso “y quemé las cortinas y me encendí de amor”, se incendiaba el domicilio particular de quien todavía no era Say No More. No sin cierta lógica, Spinetta consideró que el siniestro era un pésimo presagio: hubo matafuegos, peleas y paranoias; y los planes del disco en dueto quedaron truncos, quizá para siempre. Aunque donde hubo fuego...