SORIANO
Por Eduardo Galeano
En uno de sus cuentos, Soriano imaginó un partido de fútbol en algún pueblito perdido en la Patagonia. Al equipo local, nunca nadie le había metido un gol en su cancha. Semejante agravio estaba prohibido, bajo pena de horca o tremenda paliza. En el cuento, el equipo visitante evitaba la tentación durante todo el partido, pero al final el delantero centro quedaba solo frente al arquero y no tenía más remedio que pasarle la pelota entre las piernas.Diez años después, cuando Soriano llegó al aeropuerto de Neuquén, un desconocido lo estrujó en un abrazo y lo alzó con valija y todo:–¡Gol, no! ¡Golazo! –gritó–. ¡Te estoy viendo! ¡A lo Pelé lo festejaste! –y cayó de rodillas, elevando los brazos al cielo.Después, se cubrió la cabeza: –¡Qué manera de llover piedras! ¡Qué biaba nos dieron! Soriano, boquiabierto, escuchaba con la valija en la mano. –¡Se te vinieron encima! ¡Eran un pueblo! –gritó el entusiasta. Y señalándolo con el pulgar, informó a los curiosos que se iban acercando: –A éste, yo le salvé la vida. Y les contó, con lujo de detalles, la tremenda gresca que se había armado al fin del partido: ese partido que el autor había jugado en soledad, una noche lejana, sentado ante una máquina de escribir, un cenicero lleno de puchos y un par de gatos dormilones.
(El texto de Galeano, llamado “El lector” forma parte de su libro Bocas del tiempo. Hoy se cumplen once años de la muerte de Osvaldo Soriano.)
martes, enero 29, 2008
jueves, enero 24, 2008
miércoles, enero 23, 2008
Desamparo
El desamparo de los niños pequeños se hace socialmente visible, unos años después, en la edad de la adolescencia.
Para criar bien a un bebe sin que se produzcan frustraciones hay que comprender profundamente los aspectos oscuros de la maternidad, que son exactamente lo opuesto a lo que nos cuentan las revistas”, dice la psicoterapeuta argentina Laura Gutman.
“La guerra de Irak es tan grave como las guerras ocultas que suceden por las noches en las casas. Es allí, en esas guerras íntimas y multiplicadas, donde reside la cuna de la violencia colectiva”, afirma.
Nacida en Buenos Aires en 1958, a los 22 años Gutman se graduó en París en psicopedagogía clínica.
Después se especializó en temas de familia. De orientación junguiana, se formó con la renombrada psicoanalista francesa Françoise Dolto. Influida por el pensamiento de Michel Odent, el obstetra que introdujo el alumbramiento natural y el parto acuático en los hospitales franceses, Gutman creó en la Argentina, a su regreso, el Centro Crianza, especializado en la atención de madres y padres con niños pequeños. En su reciente y provocador libro Crianza, violencias invisibles y adicciones , pone la lupa sobre las distintas formas de la violencia y sostiene:
"Entre las guerras públicas y las libradas en el seno de las familias sólo hay una diferencia de escalas". Durante la entrevista, dice: "Hoy, la maternidad es mucho más complicada que antes, porque las mujeres estamos desarrollando nuestra identidad en el mundo público. No nos parecen compatibles la libertad, la autonomía y la maternidad. Y porque construimos nuestra identidad afuera, cuando nace un bebe, que nos demanda las 24 horas del día, sentimos que nos devora".
Gutman usa el neologismo "maternaje" para describir la nutrición emocional necesaria para desarrollarse en el mundo adulto con autonomía. Pero sobre todo bucea en la falta de "maternaje" y en sus consecuencias sociales: la violencia, las adicciones, el consumo de alcohol y droga en los adolescentes.
-¿Cómo se conectan las carencias de "maternaje" con la violencia social?
-Comprendiendo que la maternidad no es lo que vemos en las revistas. Se trata de un fenómeno absolutamente misterioso. Nos conecta con nuestros lugares más sombríos. Decimos que hay violencia cuando no podemos tolerar que dos deseos compartan el mismo territorio emocional. Si mi deseo tiene que ganar y expulsar el deseo del otro para concretarse, hay una dinámica violenta. Entonces, cuando nace un chico, por más deseado que sea, si tuvimos una historia de desamparo emocional, se instaura una guerra de deseos y necesidades entre la madre y el bebe. El hijo chiquito necesita el cuerpo de su mamá todo el tiempo y la madre necesita autonomía. Si venimos de una historia de poco "maternaje", entonces haremos prevalecer nuestro deseo por sobre el del bebe: o me salvo yo o el chico, no hay lugar para dos. Esa es la cuna de la violencia.
-¿Qué nos espera si tocamos nuestras zonas oscuras con la maternidad?
-Las mujeres, si nos animamos a transitar plenamente el puerperio, tenemos una oportunidad única de crecer emocionalmente; de ganar en intuición, en inteligencia emocional, en lucidez. No hay otra oportunidad como ésa de generar tal transformación, si podemos replegarnos un poco del mundo. -Pero ¿y las mujeres que trabajamos? Muchas no sólo necesitamos trabajar para ser, sino para vivir.
¿Cómo se deja el trabajo por un año, por ejemplo? -
No es el trabajo el que me necesita a mí, sino que soy yo la que necesita del trabajo. Las dificultades a que me refiero las he visto en mujeres con muchos recursos económicos y con pocos recursos.
Además, ¿qué pasaría si nos damos cuenta como sociedad de que si las mujeres se repliegan un año del mundo laboral, cuando vuelven están en condiciones de darles a las empresas una lucidez redoblada?
-Me resulta fuerte la idea de que la guerra de Irak sólo se diferencia de las guerras silenciosas libradas en el interior de los hogares por una cuestión de escala. ¿Nos explica mejor esta idea? -Nos parecen terribles las guerras y, en cambio, vemos como una nimiedad dejar a los niños llorando solos, sin la presencia de la madre. La violencia es la alianza social que nos convence de que el bebe tiene que aprender a no depender tanto de los brazos de la mamá.
¿Sabe que uno de los libros más vendidos en el mundo "enseña" a dejar llorar al bebe hasta que se duerme solo?
¿Y por qué? Para que entienda que este mundo es así y que nadie va a venir a acompañarlo. Dejar a un bebe llorando toda una noche equivale a su muerte espiritual. Y después, ¿cómo no vamos a salir violentos? Son pocos los padres que matan físicamente a sus hijos, pero los que los abandonan son mayoría.
-¿Esta dinámica violenta inicial trae la imposibilidad de integrar al otro?
-Para un bebe, el otro no existe. No le importa nada lo que necesita la mamá. La mamá es nutriente, ciento por ciento. Ocurre que cuando crecemos desamparados quedamos fijados a esa estructura del "no me importa nada del otro". Entonces, de adultos, seguimos igual. Ese niño que fuimos desarrolla diversas dinámicas de supervivencia: se impone al otro, le cuesta integrar las ideas del otro, se llena de comida, de droga, o encuentra la manera de que el otro deje de ser sí mismo, porque tengo que llenarme yo, que estoy muy vacío. Son dinámicas que producen sistemas vinculares violentos, o producen la sociedad de consumo.
-¿El consumismo también puede ser una forma de violencia?
-Sí, está en esa dinámica. Me lleno de objetos yo o a mis hijos porque me cuesta darles tiempo. -Hoy se ve alcoholismo en los adolescentes y crecen las noticias de muertes por sobredosis. -Se trata del mismo desamparo de los niños pequeños que, unos años después, se hace socialmente visible en los adolescentes. Es entonces cuando se ve el grado de consumo que necesitan para cubrir la falta de nutrición emocional.
-¿El planteo actual de lucha contra las adicciones no sirve?
-No estoy de acuerdo con el concepto de lucha. Muchas veces es imposible luchar contra una parte de uno mismo.
-¿El cambio viene a partir de una suma de transformaciones individuales o colectivas? -Considero más posible cambiar en términos individuales, cuya suma dará una masa crítica. Por eso creo que, para cambiar el mundo, primero hay que cambiar la forma de criar a nuestros hijos.
Por Laura Di Marco
Para LA NACION
sábado, enero 19, 2008
mi amigo Leonardo Goitisolo
Su carita llevaba la herida de la vida, cuando le conoci. Ahora lleva otras igual de dolorosas, que no se ven a simple vista.
Hoy me llamo por telefono, y yo que soy un desastre q jamas reconozco una voz, tampoco esta vez pude hacerlo que sorpresa tan linda y q noticias tan tristes Leo!
Cuando fue tu cumpleaños estaba en Praga te enviaba mi recuerdo y mis cariños, porque tu casilla de mail esta desactivada que lastima con lo apegada que soy a escribir y vos uno de los pocos que me llama por telefono!
cuando te conoci vos hiciste de todo para acercarte, me hiciste cartitas, que aun conservo, me llamabas por telefono me contaste toda tu vida me presentaste a tu familia.
siempre estuvimos conectados de una menera muy secreta, estaba hundida en el dolor y llegaste con Marce, venias feliz a decirme que esperaban el cuarto hijo y entonces me viste y dijiste pero que paso? cuando me recupere y paso el tiempo te dije que regresaria a Henderson,donde habia prometido no regresar, a visitarles y cumpli
les vi felices, les vi bien, siempre recibiendome con los brazos abiertos,con el corazon rebosante.
pero volvieron los dias dificiles y llegue a Barcelona sin decirte nada
Un dia en febrero en medio de una inusual nevada te escribi y te conte todo, entonces me llamaste como siempre. Las cosas se habian puesto dificiles para vos, el campo, los hijos, la familia, la vida te daba otro reves, a vos que con solo un añito ya te habia pegado un palo Leo.
Hoy por la tarde volviste a llamarme, desde un atardecer asfixiante de esos que solo hay en la pampa, querias saber de mi, si estaba bien, y de nuevo las cosas tampoco esta vez van lo bien que te mereces
Ojala pudieras leer esto que te escribo Leo, lo que te quiero y lo que me importas ya te lo dije, si fuera ese viento que hoy esperabas como una bendicion en medio del campo.
Hoy me llamo por telefono, y yo que soy un desastre q jamas reconozco una voz, tampoco esta vez pude hacerlo que sorpresa tan linda y q noticias tan tristes Leo!
Cuando fue tu cumpleaños estaba en Praga te enviaba mi recuerdo y mis cariños, porque tu casilla de mail esta desactivada que lastima con lo apegada que soy a escribir y vos uno de los pocos que me llama por telefono!
cuando te conoci vos hiciste de todo para acercarte, me hiciste cartitas, que aun conservo, me llamabas por telefono me contaste toda tu vida me presentaste a tu familia.
siempre estuvimos conectados de una menera muy secreta, estaba hundida en el dolor y llegaste con Marce, venias feliz a decirme que esperaban el cuarto hijo y entonces me viste y dijiste pero que paso? cuando me recupere y paso el tiempo te dije que regresaria a Henderson,donde habia prometido no regresar, a visitarles y cumpli
les vi felices, les vi bien, siempre recibiendome con los brazos abiertos,con el corazon rebosante.
pero volvieron los dias dificiles y llegue a Barcelona sin decirte nada
Un dia en febrero en medio de una inusual nevada te escribi y te conte todo, entonces me llamaste como siempre. Las cosas se habian puesto dificiles para vos, el campo, los hijos, la familia, la vida te daba otro reves, a vos que con solo un añito ya te habia pegado un palo Leo.
Hoy por la tarde volviste a llamarme, desde un atardecer asfixiante de esos que solo hay en la pampa, querias saber de mi, si estaba bien, y de nuevo las cosas tampoco esta vez van lo bien que te mereces
Ojala pudieras leer esto que te escribo Leo, lo que te quiero y lo que me importas ya te lo dije, si fuera ese viento que hoy esperabas como una bendicion en medio del campo.
lunes, enero 14, 2008
Porqué no te callas?
Uribe, porque no te callas?
Contrariamente a lo que plantean algunos análisis, la liberación de las dos rehenes en poder de las FARC tuvo su gran perdedor en la figura de Alvaro Uribe, empecinado en aplicar los métodos del ex alcalde de Nueva York Ralph Giuliani, para resolver los gravísimos desafíos que plantea la guerrilla en Colombia. Con su intemperancia abortó una operación que debería haber culminado sin sobresaltos. Tal como lo manifestaran Clara Rojas y Consuelo González en la zona escogida para la entrega de las prisioneras, las operaciones militares se intensificaron en lugar de cesar. Pese a ello la guerrilla dio muestras de una prudencia y una sensatez impropias de gentes calificadas sin más como “terroristas”, y postergó la liberación de las prisioneras hasta asegurar su entrega sanas y salvas, sorteando los intensos bombardeos a que fuera sometida por las fuerzas que representan el orden y la legalidad.
Envalentonado por sus mentores estadounidenses, Uribe montó un show mediático en donde, con desaforada verborragia, atacó sin ton ni son a los involucrados en la operación Emmanuel. Embriagado por su propia retórica, tuvo palabras hirientes para con los varios gobiernos de la región y sus representantes, quienes solidariamente acudieron en calidad de garantes para favorecer el buen éxito de una negociación que el propio Uribe, de haber obrado con inteligencia, tendría que haber sido el primero en facilitar. Sus idas y venidas con relación al tema de los rehenes corroboran una vez más que el principal obstáculo para el canje humanitario y la pacificación del país no es otro que el propio presidente. Por eso el exabrupto que Don Juan Carlos profiriera en contra de Chávez en Santiago se convierte en un sabio consejo: conviene que Uribe le haga caso al enfadado monarca y se calle por un tiempo, dejando que otros arreglen lo que él sólo consigue desarreglar.
Con un Uribe devenido en un anónimo televidente del proceso, se multiplicaron las dudas sobre el margen de soberanía que posee su gobierno para resolver la crisis política colombiana. Más allá de la opinión que se pueda tener acerca de las FARC, es preciso reconocer que una guerrilla que ha sobrevivido a medio siglo de conflicto armado y que controla porciones significativas (si bien cambiantes) del territorio nacional sólo puede hacerlo si cuenta con un importante respaldo en algún sector de la sociedad. De no ser así habría sido aniquilada hace rato. Además, hay que recordar, como lo hace Luis Bruschtein en su nota de ayer, que cuando a mediados de los ’80 la guerrilla aceptó trabajar en el marco legal y presentarse a elecciones, 5 mil de sus militantes y dirigentes, incluyendo el candidato presidencial, fueron aniquilados salvajemente sin que tales crímenes perturbaran al arcaico andamiaje institucional de Colombia, ni provocara la menor reacción de los autoproclamados custodios de la libertad y la democracia que anidan en torno de la Casa Blanca.
Lo anterior remite al delicado tema de la caracterización de las FARC. Calificarlas como “terroristas”, como prefieren los halcones norteamericanos, sólo alienta la ilusión de una “solución militar” a la crisis. Colombia ya ensayó esa estrategia y sólo logró empeorar las cosas. Como es sabido, los grupos insurgentes cuyo accionar favorece los intereses del imperio son siempre bendecidos por éste con un nombre que los enaltece: “combatientes de la libertad”. Los antagonistas, en cambio, son fulminados como “terroristas”, una caracterización parecida a la que aplicaba la Corona británica a las tropas que al mando de George Washington luchaban por la independencia de las trece colonias norteamericanas. Los mujaidines de Afganistán eran “combatientes de la libertad” cuando enfrentaban la invasión soviética, pero luego se convirtieron en “terroristas” en función de las necesidades coyunturales de la política exterior norteamericana.
Para solucionar esta crisis es imprescindible que el gobierno colombiano arroje por la borda esta caracterización, que de por sí cierra las puertas a cualquier negociación, y reconozca –como en su momento lo hicieron con provecho los irlandeses– que en su territorio se libra una cruenta guerra civil. Ese es el sentido profundo de la propuesta del presidente Chávez, que recoge el sentir de los numerosos rehenes aún en poder de las FARC.
Por su imprudencia e imprevisibilidad, amén de su servilismo ante las directivas de la Casa Blanca, Uribe no es la persona capaz de conducir una compleja negociación diplomática como la exigida. Por eso me permito disentir con el análisis de Gabriel Puricelli, que en este mismo diario concluía que quien había triunfado era el derecho humanitario y no un líder sobre otro. La política no funciona con esas abstracciones: en esta coyuntura las palmas se las llevaron el presidente Hugo Chávez y la senadora Piedad Córdoba, quienes emergen como los firmes y confiables negociadores que contra viento y marea –y contra la opinión de la autodenominada “prensa seria” internacional– persistieron en su propósito, mantuvieron la calma y lograron su objetivo. Uribe, en cambio, sólo puso en evidencia su irracional intransigencia, por eso es el gran perdedor.
Son muchos los editorialistas y analistas de la Argentina y toda América latina que a estas horas estarán lamentando haber escrito lo que escribieron, o dicho lo que dijeron, al aprovechar el fracaso de la operación Emmanuel para apostrofar irresponsablemente al presidente Chávez y a los garantes internacionales. Pero en menos de dos semanas el venezolano renació de sus cenizas y hoy su estrella brilla muy alto en la política mundial. Por último, otros ganadores son los vapuleados garantes internacionales que fueran enviados por los gobiernos de la Argentina, Bolivia, Brasil y Ecuador, y que, de continuar el proceso de canje, deberían proseguir en funciones. Es preciso, empero, no exagerar su papel: tanto el ex presidente Kirchner como el asesor presidencial de Lula, Marco Aurelio García, cumplieron dignamente su misión, ayer criticada con ferocidad por los voceros del imperio y hoy reivindicada con el inapelable lenguaje de los hechos. Pero no hay que engañarse: el Foro de San Pablo ya pasó a mejor vida, vaciado de contenidos por la capitulación ideológica y política del PT y del gobierno de Lula; y Kirchner nunca tuvo diálogo con las FARC. Esto quiere decir que sin Chávez y su notable habilidad negociadora, y sin la colaboración de Córdoba, ninguno de los garantes hubiera podido hacer absolutamente nada. Ahora podrán disfrutar el dulce sabor del éxito que un destemplado Uribe les frustró días atrás.
* Politólogo.
Página 12. Buenos Aires 14/01/2008
Envalentonado por sus mentores estadounidenses, Uribe montó un show mediático en donde, con desaforada verborragia, atacó sin ton ni son a los involucrados en la operación Emmanuel. Embriagado por su propia retórica, tuvo palabras hirientes para con los varios gobiernos de la región y sus representantes, quienes solidariamente acudieron en calidad de garantes para favorecer el buen éxito de una negociación que el propio Uribe, de haber obrado con inteligencia, tendría que haber sido el primero en facilitar. Sus idas y venidas con relación al tema de los rehenes corroboran una vez más que el principal obstáculo para el canje humanitario y la pacificación del país no es otro que el propio presidente. Por eso el exabrupto que Don Juan Carlos profiriera en contra de Chávez en Santiago se convierte en un sabio consejo: conviene que Uribe le haga caso al enfadado monarca y se calle por un tiempo, dejando que otros arreglen lo que él sólo consigue desarreglar.
Con un Uribe devenido en un anónimo televidente del proceso, se multiplicaron las dudas sobre el margen de soberanía que posee su gobierno para resolver la crisis política colombiana. Más allá de la opinión que se pueda tener acerca de las FARC, es preciso reconocer que una guerrilla que ha sobrevivido a medio siglo de conflicto armado y que controla porciones significativas (si bien cambiantes) del territorio nacional sólo puede hacerlo si cuenta con un importante respaldo en algún sector de la sociedad. De no ser así habría sido aniquilada hace rato. Además, hay que recordar, como lo hace Luis Bruschtein en su nota de ayer, que cuando a mediados de los ’80 la guerrilla aceptó trabajar en el marco legal y presentarse a elecciones, 5 mil de sus militantes y dirigentes, incluyendo el candidato presidencial, fueron aniquilados salvajemente sin que tales crímenes perturbaran al arcaico andamiaje institucional de Colombia, ni provocara la menor reacción de los autoproclamados custodios de la libertad y la democracia que anidan en torno de la Casa Blanca.
Lo anterior remite al delicado tema de la caracterización de las FARC. Calificarlas como “terroristas”, como prefieren los halcones norteamericanos, sólo alienta la ilusión de una “solución militar” a la crisis. Colombia ya ensayó esa estrategia y sólo logró empeorar las cosas. Como es sabido, los grupos insurgentes cuyo accionar favorece los intereses del imperio son siempre bendecidos por éste con un nombre que los enaltece: “combatientes de la libertad”. Los antagonistas, en cambio, son fulminados como “terroristas”, una caracterización parecida a la que aplicaba la Corona británica a las tropas que al mando de George Washington luchaban por la independencia de las trece colonias norteamericanas. Los mujaidines de Afganistán eran “combatientes de la libertad” cuando enfrentaban la invasión soviética, pero luego se convirtieron en “terroristas” en función de las necesidades coyunturales de la política exterior norteamericana.
Para solucionar esta crisis es imprescindible que el gobierno colombiano arroje por la borda esta caracterización, que de por sí cierra las puertas a cualquier negociación, y reconozca –como en su momento lo hicieron con provecho los irlandeses– que en su territorio se libra una cruenta guerra civil. Ese es el sentido profundo de la propuesta del presidente Chávez, que recoge el sentir de los numerosos rehenes aún en poder de las FARC.
Por su imprudencia e imprevisibilidad, amén de su servilismo ante las directivas de la Casa Blanca, Uribe no es la persona capaz de conducir una compleja negociación diplomática como la exigida. Por eso me permito disentir con el análisis de Gabriel Puricelli, que en este mismo diario concluía que quien había triunfado era el derecho humanitario y no un líder sobre otro. La política no funciona con esas abstracciones: en esta coyuntura las palmas se las llevaron el presidente Hugo Chávez y la senadora Piedad Córdoba, quienes emergen como los firmes y confiables negociadores que contra viento y marea –y contra la opinión de la autodenominada “prensa seria” internacional– persistieron en su propósito, mantuvieron la calma y lograron su objetivo. Uribe, en cambio, sólo puso en evidencia su irracional intransigencia, por eso es el gran perdedor.
Son muchos los editorialistas y analistas de la Argentina y toda América latina que a estas horas estarán lamentando haber escrito lo que escribieron, o dicho lo que dijeron, al aprovechar el fracaso de la operación Emmanuel para apostrofar irresponsablemente al presidente Chávez y a los garantes internacionales. Pero en menos de dos semanas el venezolano renació de sus cenizas y hoy su estrella brilla muy alto en la política mundial. Por último, otros ganadores son los vapuleados garantes internacionales que fueran enviados por los gobiernos de la Argentina, Bolivia, Brasil y Ecuador, y que, de continuar el proceso de canje, deberían proseguir en funciones. Es preciso, empero, no exagerar su papel: tanto el ex presidente Kirchner como el asesor presidencial de Lula, Marco Aurelio García, cumplieron dignamente su misión, ayer criticada con ferocidad por los voceros del imperio y hoy reivindicada con el inapelable lenguaje de los hechos. Pero no hay que engañarse: el Foro de San Pablo ya pasó a mejor vida, vaciado de contenidos por la capitulación ideológica y política del PT y del gobierno de Lula; y Kirchner nunca tuvo diálogo con las FARC. Esto quiere decir que sin Chávez y su notable habilidad negociadora, y sin la colaboración de Córdoba, ninguno de los garantes hubiera podido hacer absolutamente nada. Ahora podrán disfrutar el dulce sabor del éxito que un destemplado Uribe les frustró días atrás.
* Politólogo.
Página 12. Buenos Aires 14/01/2008
viernes, enero 11, 2008
domingo, enero 06, 2008
Simone de Beauvoir
Pyrrhus et Cinéas (fragmento)" Porque el hombre es trascendencia, jamás podrá imaginar un paraíso. El paraíso es el reposo, la trascendencia negada, un estado de cosas ya dado, sin posible superación. Pero en ese caso ¿qué haremos?, Para que el aire sea respirable tendrá que dejar paso a las acciones, a los deseos, que a su vez tenemos que superar: tendrá que dejar de ser paraíso. La belleza de la tierra prometida es que ella prometía nuevas promesas. Los paraísos inmóviles no pueden prometer más que un eterno aburrimiento. (...)Si Dios es la infinitud y la plenitud del ser, no hay distancia entre su proyecto y su ser realidad, su voluntad es el fundamento inmóvil de su ser. Lo que quiere se hace, quiere cuanto es... Tal Dios no es una persona singular, es el universal, el todo inmutable y eterno. Y lo universal es silencioso... La perfección de su ser no deja ningún lugar al hombre porque el hombre no podría trascenderse en Dios si Dios ya está todo entero dado. En tal caso el hombre no es más que un accidente indiferente a la realidad del ser; está en la tierra como un explorador perdido en el desierto; puede ir a la derecha o a la izquierda, puede ir a donde quiera; jamás irá a ningún lugar y la arena cubrirá sus huellas. "
miércoles, enero 02, 2008
Boogie el aceitoso
Boogie el aceitoso", uno de los personajes más populares de Roberto Fontanarrosa, será animado en México en una película que comenzará a filmarse en enero de 2008, informó la productora Metacube al diario Reforma del Distrito Federal. El largometraje animado sobre Boogie, un mafioso racista cuyo ídolo es Jack el Destripador, se rodará en la ciudad de Monterrey (norte) y se prevé que a finales de año se estrene simultáneamente en Argentina, México y Brasil, según se detalla en la noticia dada por el periódico mexicano. La animación del personaje creado por Fontanarrosa en 1972 se hará en el Centro de Competitividad Internacional del Instituto de Estudios Superiores de Monterrey (norte), señaló Jorge Suárez, titular de Metacube, que producirá la película junto a la argentina Ilusión Studios. El "Negro" Fontanorrosa, uno de los más populares dibujantes humorísticos de la Argentina, fallecido en julio de este año, concibió a "Boogie el aceitoso", un homicida sin sentimientos, como una forma sutil de criticar la violencia en la sociedad estadounidense. "Fíjate Boogie, ¿has visto a Harry el sucio?", le preguntan en una de las historias, y boggie responde: "Me aburren las películas de amor". Creador de otros personajes como "Inodoro Pereyra" y además celebrado escritor, la muerte a los 62 años de Fontanarrosa constituyó un duro golpe para los argentinos, que lo despidieron masivamente en Rosario, su ciudad natal.
martes, enero 01, 2008
deseo
en el blog de andres calamaro
este deseo
que se curen los enfermos y que los presos vuelvan a casa
este deseo
que se curen los enfermos y que los presos vuelvan a casa
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